Dentro del conjunto de ciudades del mundo cuyo nombre evoca un pasado de excepcional grandeza histórica y cultural, Córdoba ocupa con sobrados méritos uno de los lugares preeminentes. Tres milenios de historia durante los cuales el viejo suelo cordobés sirvió de asentamiento a pueblos y culturas con momentos sobresalientes como aquel en el que el nombre de la ciudad -el Califato de Córdoba- se identificó con el gran proyecto político de los Omeyas Andalusíes.